Saturday, February 24, 2007

Somos así y así seremos siempre


Me he dado cuenta (me ha tomado unos años, lo sé) que al ser humano le gusta llevar la contraria. En otras palabras, joder. No nos conformamos con una cosa ni con la otra. Siempre buscamos una manera para contrarrestar lo que no nos conviene, echando tierra sobre lo que ya existe, y adaptando a nuestras ganas y “semejanzas” lo que nos venga en mente.

Tampoco quiero minimizar la inquietud y la búsqueda de respuestas de los hombres. Creo que mucho ha alcanzado nuestra raza en su misión para entender las cosas, los momentos, el por qué son así y hasta cómo podrían mejorarse. Pero al fin y al cabo, si buscamos respuestas a preguntas es porque existe un vacío y ese abismo de “nada” no se llena con conclusiones propias. Y mucho menos humanas.

Pero bueno, para no seguir desvirtuándome del tema, sigo con mi planteamiento inicial: el ser humano le gusta joder. O joderse. Resulta ahora que en la región de Rivas, cercana a Madrid en España, permiten algo que ellos llaman “bautizo civil”, un especie de acto introductorio infantil, donde se da a conocer la criatura recién nacida, ante la sociedad. Una estupidez, a mi juicio. Primero porque no es un bautizo, ya que el mismo es un acto sacramental de las iglesias cristianas “que constituye el signo jurídico y sagrado de pertenencia a la Iglesia”. Y segundo, porque antes de que Juan zambullera a Jesús en el río Jordán, no existía en niguna parte del planeta la acción de “bautizar”, y mucho menos por lo civil. O sea, que eso de “bautizmo” es una decisión de Fé que atribuye la creencia en Dios y de sentirse cristiano, amén de si se hace desde pequeño o cuando grande. Esa es otra rama de la discusión.

Claro está, como nuestra naturaleza es la de cuestionar y ser diferentes, ahora queremos implementar este sacramento sin ningún tipo de vínculo religioso. Qué bobada! El hombre moderno quiere apartarse tanto de la religión, que no deja de hablar de ella. Todo lo que asume en su vida lo hace para ir en contra de cualquier aspecto divino y fehaciente. Es como no querer formar parte de las estadísticas de los que ven televisión, sin darse cuenta que ya forman parte de las estadíticas de los que NO ven televisión.

Dentro de todo este marrullo también se manifiesta el apartado económico. Porque como igual surgen las quejas y críticas contra el Imperio Eclesiástico en torno a los gastos en que incurren, lo que cobran para llevar a cabo cada sacramento, incluído el bautizo con sus curas, flores, velas, agua bendita y trajecitos bordados en Bélgica, también a éste “bautizo civil” hay que sumarle los gastos de juez, secretaria, luz eléctrica, oficialía y papel timbrado, cuyos costos están cubiertos por los impuestos que pagan los ciudadanos. ¿Y entonces? ¿Al fin y al cabo no estamos en lo mismo?

Al final sólo me río, porque más ridículos no podríamos ser. Pero somos así, y así seremos siempre.
Postdata.

1 Comments:

At 11:00 PM, Anonymous Anonymous said...

Escribes magnificamente!

 

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