Wednesday, August 20, 2008

The Dark Knight vs. Batman: un Joker mucho más dantesco para un mundo mucho más oscuro.

Tenía 7 años de edad cuando asimilé por vez primera aquél personaje villano, con su cara embadurnada de pintura blanca, su pelo teñido como seda verde y una amplia, cómica y hasta perturbadura sonrisa roja que desnudaba en cada carcajada unos perfectos dientes amarillentos. Para rematar mi prematura facinación con el Jóker, su estrafalárica ropa color púrpura, combinada en ocasiones con el naranja “orange”, cautivó más aún mi atención. Conservo íntegramente plastificado un afiche que retrata en su mejor esencia al Guasón, con gafas oscuras, mientras muestra su afamado producto “Smylex” cuyo uso tenía como fin aniquilar de la risa a todos los ciudadanos de Gotham City. La interpretación del insuperable actor Jack Nicholson en dicho papel -mejor pagado en toda la historia del cine, con US$60 millones- fue parte clave en mi maravilla por el Jóker. Era despiadado, pero gracioso. Era cínico y galantón a la vez. Impersonaba a un bufón psicótico que reía sin aflicción en los momentos más dramáticos. Así puedo describir al enemigo del “Batman” que nos presentó el director Tim Burton en su versión de 1989, muy a su estilo.

Recientemente, 19 años después, nos llega otro film que depicta un Jóker muy distinto, mucho más dantesco para este mundo que se ha tornado mucho más oscuro. “The Dark Knight” nos muestra a un superhéroe opacado por un villano con serios trastornos de personalidad. Y es éste punto en específico que llama poderosamente mi atención: ya no sólo es Bruce Wayne quien sufrió una grave crisis en su infancia que lo llevó a disfrazarse de murciélago para combatir los males de la sociedad. Ahora resulta que también el Guasón fue abusado por su padre, a quien responsabiliza de las cicatrices en su rostro que le dan ese aspecto de “triste payaso”. El Jóker actual es un individuo enfermizo. No es simpático en su forma macabra de accionar. Es macabro y punto, lo que en mi opinión, le quita mucho de jóker o gracioso. El recién fallecido Heath Ledger logra una actuación memorable como un sujeto mentalmente inestable, tenebroso en su personalidad y libre de estar sujeto a cualquier tipo de ambición material. El dinero no le importa, prefiere infligir miedo. Mas bien, causar terror. Pero es mi opinión, que quizás valga nada, que éste último Jóker no es tal. Lo mismo digo de Batman. Muy rígido. Demasiado en ocasiones, con su voz extremadamente grave.

Creo que el cine ha cambiado mucho en muy poco tiempo. La película “Batman” de 1989 luce como un clásico de hace 50 años frente a los efectos especiales que nos brinda esta versión 2008. Y eso tiene mucho que ver con las nuevas generaciones que ahora pagan por las boletas de admisión. Quieren ver muchos efectos, por más imposibles que sean. La historia que nos narró Tim Burton en imágenes tiene coherencia en su “Batman”; Christopher Nolan en “Dark Knight” quiere decir tanto que llega hasta a confundir. Entretiene, por supuesto, pero ya.
Quizás me hice muchas expectativas. O quizás ya no tengo 7 años.