Saturday, April 22, 2006

Con la mente en blanco

La inspiración que no me viene. Encerrado en cuatro paredes y sin nada que hablar. Ni siquiera con quien. El motivo de la raza humana es el contacto, el acercamiento, el mirarse, el negarse entre todos. Pudiera decirse que me he forzado a escribir este "post", como si me obligaran a comer un plato de molondrones guisados, babosos, fibrosos. Y he aquí mi conjetura: que tan sólo con pensar en algo, ya las letras se teclean solas. Esa es la magia de la inspiración. Y tal vez pudiera ser el deseo de que la novia lo leyera. O el infinito lo registrara en su "blog" astral. Si las lunas, las estrellas, los soles y los gases galácticos se pusieran de acuerdo más a menudo, quizás otras personas tendrían conocimiento de este espacio irreal.

El final feliz sería escribir sobre algo determinado, o dejar planteada la tesis sobre "La inmortalidad del cangrejo y su asemejación al Centollo ancestral de la Mar Oceánica". Muy buen planteamiento pero una pésima conclusión. Mejor no divagar más e ir al grano seco de esta postulación: no tenía nada que escribir y le pido una mano amiga al autor de "El amor en tiempos de cólera". Extremadamente disperso para mí gusto, pero se las trae, definitivamente se las trae.

Y así continúo, deambulando entre letras que se espabilan locamente, buscando un final feliz a este drama desentendido de la buena literatura. Si estuviera escribiendo una partitura musical, de esas en la que la tinta quedara impresa por una pluma de punta gorda, de las de remojo y remojo, concluiría sonoramente para sellar un desenlace alegre y brilloso, porque al fin y al cabo no habrá nadie que lo lea, ni nadie que lo escuche terminar. Pan/pararámpan/pan pán!

Monday, April 03, 2006

Una muestra de lo que vendrá


Estamos comenzado abril, a trece días de haber cruzado la línea primaveral de marzo. Ya el frío barcelonés no molesta como a principios de año, que hasta los pensamientos quedaban helados y la brisa entumecía los huesos. La ciudad está cambiando, o al menos nuevas cosas se están viendo, y en parte se debe al cambio de clima. El Sol, cual satélite Bendito con sus rayos microondas por naturaleza, ilumina las avenidas con tal potencia durante el día que ya casi asoman en las frentes algunas gotas de sudor. Indudablemente, los cuerpos en Barcelona se están calentando y las demostraciones son públicas, con audiencias, de varias presentaciones y sin "cover".

Hoy la Diagonal casi se pone oblícua. Una pareja heterosexual, con él y ella, varón y hembra, logró ruborizar hasta al más atrevido. La verde grama (pasto grueso, césped tupido) les sirvió de escenario para su "performance" de amor. Ella boca arriba, él con su boca en la de ella, las manos inquietas, las piernas abiertas para recibir y dar la bienvenida. Toda una demostración de cariño en dos seres que no ocultaban su juventud pero tampoco sus ansias y deseos. Parecían dioses romanos que ponían de manifiesto su aventura romántica. Yo soy Vulcano, tú eres Venus.

Las carpetas con el logo universitario evidenciaban que estaban en receso de clases, y al mismo tiempo les funcionaban como almohada. Las miradas se cruzaban en momentos de distancias, que rápidamente volvían a unir con largos recorridos de labios y dedos. Los besos parecían sellos divinos, que hacían olvidar las cátedras de cualquier profesor. Los dedos investigaban, hurgaban en lo más profundo, buscando etiquetas de marca, o algún desperfecto de fábrica. Todo a su alrededor parecía casi inexsistente, paralizado en su tiempo, el de ellos. Sin embargo la gente seguía igual. El autobús se detenía, recogía y continuaba su marcha. La boca del metro expulsaba personas, al mismo tiempo que se las tragaba. Pero él y ella se profesaban caricias, endulzaban sus anhelos, actuaban libremente.

Algo está sucediendo en Barcelona. Las cosas ya son distintas. La perspectiva ha cambiado, los ánimos han tomado un rumbo sin paradero y comienza una metamorfósis "kafkiana". Algunos hablan de efectos que sólo conocen las civilizaciones regidas por temporadas climáticas. Un latino nunca comprendería tal "display", como si fueran peces en un acuario, o conejitos reproduciéndose en una vitrina. Estoy convencido que este calorcito tiene mucho que ver. El Sol no puede alegar desacato, ni prorrogar su implicación. Luego veremos cómo se comporta el verano. Esto sólo ha sido una muestra de lo que vendrá.

Sunday, April 02, 2006

La Iglesia que quizo Jesucristo en la Europa de todos sus Santos en los primeros días


No intento que esto sea un "post" religioso ni mucho menos. Tampoco pretendo convencer a nadie de mis creencias ni de mis ocasiones de incredulidad. Tengo seis meses viviendo en Barcelona, de los cuales he invertido una hora (algunos domingos) en llenar mi vida espiritual con la celebración eurcarística que legó mi Señor Jesús, cuando compartió juntos a sus hermanos discípulos en la "Ultima cena" (la de Cristo, no la de Da Vinci).

El punto es que, mientras más años de cristianismo tengan los europeos, menos está la presencia del Hijo de Dios en sus vidas. Todo parece una práctica monotemática que transcurre en 60 minutos de larga duración: un público frío con edad media de 85 años, salpicado con matices jóvenes de evidente procedencia latina; una música orgánica (de órgano) interpretada por un individuo que parece extraído de una novela de Stephen King; y un cura (o zazerdote) que, para transmitir el amor del Padre de la Creación, debe leer cada punto, cada coma, de una cuartilla previamente preparada y estudiada.

La humilde Parroquia queda en la misma calle de mi piso. O mejor dicho, a menos de cien pasos de donde vivo. Lleva el nombre de San Lorenzo, y para los que han asistido a misa en mi natal Santo Domingo, las ceremonias de esta Iglesia son más tortuosas que las de la Fantino Falco en Naco. Como siempre digo: "los feligreses de allí están muertos y no lo saben". Tantos esfuerzos colombinos para evangelizar al Nuevo Mundo, que el Viejo Continente quedó exento de la Palabra de Dios. O al menos la agotó en la Inquisición. Te puedo asegurar que aquí no encontrarás cantos de alabanzas ni adoración explícita. Mucho menos esperes el toque de las manos en la oración del Padre Nuestro.

Dónde habrá ido a parar el entusiasmo por tener un Cristo resucitado? Quién apagó la hoguera de enseñanza que dejó Jesús a los hombres? La Iglesia? Nosotros mismos? El mal que nos arropa? La falta de tiempo? O esto también es culpa del PPH?

Me enorgullece sentir que pertenezco a una Iglesia viva, con un Jesús presente, alegre, resucitado, que me sostiene y me libera del pecado del mundo. Esta religión de la que hablo, la que siento, quedó allá, en los pueblos conquistados, marginados, en vías de desarrollo. Aquí en Europa está casi muerta, con todo e intelectualismo, cero tasa de inflación y Seguridad social asegurada. Necesita rápidamente una sesión de descargas eléctricas directas al corazón, o quizás ir pensando en trasladar la sede del Vaticano, con todo y Papa, a una tierra "más prometida".